Los hilos tensores son una técnica de rejuvenecimiento facial no quirúrgica que consiste en la inserción de hilos finos y resistentes debajo de la piel para levantar y tensar la piel flácida y mejorar la apariencia de las arrugas y las líneas finas.
Los hilos tensores están hechos de materiales biocompatibles, como ácido poliláctico o polidioxanona, que se disuelven en el cuerpo con el tiempo. Los hilos se insertan debajo de la piel mediante pequeñas incisiones o agujas, y se anclan a los tejidos de la piel para levantar y tensar la piel. Los hilos pueden ser colocados en diferentes áreas del rostro, como las mejillas, el mentón, las cejas y el cuello.
Los hilos tensores estimulan la producción de colágeno y elastina en la piel, que son esenciales para mantener una piel joven y saludable. Los efectos de los hilos tensores pueden durar de 6 a 12 meses, dependiendo del área tratada y la cantidad de hilos utilizados. Los hilos se disuelven gradualmente en el cuerpo, lo que significa que el efecto de elevación y tensión se desvanecerá con el tiempo.
Los efectos secundarios de los hilos tensores son generalmente leves y pueden incluir enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad y moretones en el área tratada. Es importante que los hilos tensores sean colocados por un profesional médico capacitado y certificado para minimizar el riesgo de efectos secundarios y complicaciones. También es importante tener en cuenta que los hilos tensores no son adecuados para todas las personas y que los resultados pueden variar según el tipo de piel y la condición de la piel del paciente.